Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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1732
Legislatura: 1902-1903 (Cortes de 1901 a 1903)
Sesión: 20 de noviembre de 1902
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 52, 1325-1326
Tema: Crítica del Sr. Sagasta hacia el Sr. Romero Robledo respecto a la crisis ministerial

Pero de esta actitud del Sr. Romero Robledo y de estos trabajos de concentración, por lo menos en lo que a S. S. se refiere, hemos sacado algo de provecho, y el Sr. Silvela debe estarme agradecido porque yo he hecho a S. S: bueno para el Sr. Romero Robledo. (Risas.) Ya, con tal de no entenderse conmigo, el Sr. Romero Robledo se prepara a entenderse con el Sr. Silvela. (Grandes risas.) Ni un hijo hace más por su padre que he hecho yo por el Sr. Silvela: hacerle bueno para con el Sr. Romero Robledo. (El Sr. Romero Robledo: Pues ya ha hecho S. S. bastante.)

Aparte de eso. (El Sr. Romero Robledo: Eso es.) Está bien, todo lo que S. S.; yo soy malo, malísimo para el Sr. Romero Robledo; pero, ¡qué contraste! Si yo le hubiera dado la cartera de Gobernación o las dos carteras que pedía, hubiera sido el mejor de los hombres. (Grandes aplausos y risas.) De manera que me afecta mucho, créame S. S: , me afecta mucho que S. S:, al cabo de los años, haya venido a tener tan mal concepto de mí; pero después de todo, me consuela la idea de que ese concepto debe ser pasajero porque con haber hecho lo que he dicho antes, aquí estaríamos juntitos los dos, y probablemente entonces sería y o el hombre más bueno del Universo. (Aplausos.)

El Sr. VICEPRESIDENTE (Alvarado): El señor Presidente del Consejo de Ministros tiene la palabra.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Únicamente para hacer una pequeña rectificación a lo dicho por el Sr. Romero Robledo, porque S. S. ha hecho alusión a algunos Gobiernos que han desaparecido, aun teniendo mayoría las Cortes.

Pues esto sucede, aun siguiendo el sistema de S. S., distinto del que yo creo mejor como sistema constitucional. Porque puede suceder que un partido que esté en el Gobierno y cuente con mayoría en las Cámaras, experimente tales dificultades en su seno, en lo interior de su organización, que le tenga más cuenta ir a la oposición a reponerse; y entonces el Rey no sostiene las mayorías parlamentarias, lo que hace es acceder a la imposibilidad en que se encuentra un partido de seguir gobernando. También puede suceder que un partido deje el Poder, porque crea conveniente para la satisfacción del país y de sus grandes necesidades, ciertas medidas que él no cree que debe tomar, que él entiende que corresponde plantearlas a otro partido, [1325] y entonces patrióticamente deja el puesto a otro partido para que venga al Poder. Ésa es la buena doctrina constitucional; así es como se gobierna en los países regidos por un sistema verdaderamente constitucional; de otra manera, se cae en el peligro de los poderes personales. Si quiere S. S. los poderes personales, buen provecho le hagan; yo los combato.



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